El brócoli se considera un vegetal delicioso y desgarrador, rico en cientos de nutrientes. Si hablamos de verduras de hoja verde que conviene incluir en nuestra dieta, el brócoli es una de las verduras más imprescindibles que nos vienen a la cabeza. El brócoli se puede clasificar como una planta verde comestible, de la familia de las coles. Los investigadores están estudiando las propiedades anticancerígenas del sulforofano y se han llegado a algunas conclusiones fascinantes, aunque se necesita más investigación. Una taza de brócoli cocido, como si eso no fuera suficiente, ofrece tanta vitamina C como una naranja y es una buena fuente de betacaroteno.
Se puede consumir brócoli cocido o crudo; ambos son
completamente saludables, pero brindan diferentes perfiles nutricionales.
Beneficios nutricionales del brócoli
Los diferentes métodos de cocción, como hervir, calentar en
microondas, sofreír y cocinar al vapor, cambian el contenido nutricional de la
verdura, en particular, reduciendo la vitamina C, así como las proteínas
disueltas y el azúcar. Cocer al vapor parece tener el menor número de efectos
negativos. El brócoli es una buena fuente de fibra y proteínas, que incluye
hierro, potasio, calcio, selenio y magnesio, así como vitaminas A, C, E, K y
una buena variedad de nutrientes de ácido fólico.
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¿El brócoli es bueno para la salud del corazón?
La ingesta diaria de brócoli al vapor disminuye el riesgo de
enfermedad cardiovascular al reducir el nivel de colesterol total en el cuerpo.
Otro estudio de EE. UU. También mostró que las verduras dietéticas, en
particular las verduras de hoja verde como el brócoli, podrían minimizar el
riesgo de enfermedad cardíaca. Las personas que comen brócoli tienen menos
probabilidades de sufrir enfermedades cardíacas. También tienen menos
posibilidades de tener que recurrir a la implantación de un filtro IVC para
ayudar con su enfermedad cardíaca. Un filtro de IVC defectuoso podría provocar
coágulos de sangre y una demanda de IVC si se determina que el filtro de IVC
está defectuoso.
El brócoli ayuda a desarrollar huesos fuertes
La vitamina K es un nutriente esencial necesario para la
coagulación y puede desempeñar un papel clave en la preservación de huesos
sanos y fuertes. Si bien se necesitan más estudios, ha habido evidencia clínica
de que, en aquellos con pérdida ósea, la vitamina K puede mejorar la salud ósea
en general, así como aumentar la densidad mineral ósea y disminuir los niveles
de fracturas. Si está tomando anticoagulantes como warfarina, debe tener en
cuenta su ingesta de vitamina K, ya que puede interferir con el medicamento,
así que consulte con su médico antes de realizar cualquier cambio en la dieta.
¿Puede el brócoli ayudar a prevenir el cáncer?
Si bien no existen 'superalimentos' claros capaces de
prevenir el cáncer, y algunos factores de riesgo de cáncer son irrelevantes
para la dieta, existe evidencia de que comer una dieta saludable disminuirá el
riesgo de cáncer. Un componente importante del brócoli es un fitoquímico
llamado sulforafano que también le da un ligero sabor amargo al brócoli.
Esta comunidad de verduras incluye compuestos naturales
relacionados con la prevención del cáncer: gracias a su capacidad para
neutralizar toxinas y prevenir el crecimiento y la propagación de las células
cancerosas, las verduras crucíferas a menudo ayudan a la apoptosis o al ciclo
de autodestrucción del cuerpo para destruir las células defectuosas.
El brócoli también está relacionado con la salud del cerebro
Algunos carbohidratos y otros compuestos bioactivos del
brócoli se han relacionado con el funcionamiento saludable del cerebro y el
tejido nervioso, además de la seguridad contra el deterioro mental relacionado
con la edad.
El brócoli lucha contra la inflamación
Si bien ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro, la
capacidad antiinflamatoria del brócoli está relacionada con un menor riesgo de
enfermedades crónicas. Los agentes que combaten la inflamación, que protegen a
las células de la alteración del ADN, también pueden ayudar a controlar los
trastornos inflamatorios crónicos, como la diabetes tipo 2, la osteoartritis,
las afecciones inflamatorias de la piel, la colitis ulcerosa y la obesidad.
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